Conforme se extienden los desastres por todo el planeta, los creyentes en el Señor esperan, conteniendo el aliento, que el Señor Jesús venga en una nube y los ascienda al cielo para encontrarse con Él y escapar a los desastres. Sin embargo, aún no han visto el descenso del Señor Jesús en una nube y, en cambio, el Relámpago Oriental da constante testimonio de Su regreso como Dios Todopoderoso encarnado, que expresa verdades para realizar la obra del juicio de los últimos días y, así, purificar y salvar plenamente al hombre. A muchos les resulta asombroso. Piensan: "El Señor primero debe arrebatar a los creyentes al cielo. Es importante para que nos salvemos antes de los desastres. ¿Por qué habría de expresar Dios verdades para realizar la obra del juicio en los últimos días? Si Dios nos ha perdonado los pecados y nos considera justos, ¿qué necesidad hay de un juicio de Dios?". La mayoría cree que, en los últimos días, el juicio de Dios se dirigirá a los incrédulos, que el juicio es condena y destrucción y que no hará falta juzgar a aquellos a quienes se nos perdonen los pecados. Entonces, ¿el juicio de Dios a la humanidad pretende su purificación y salvación, o su condena y aniquilación? Este episodio de En busca de la fe verdadera te guiará para que busques la verdad y conozcas la aparición y obra de Dios.