Anhelando a Dios
Ⅰ
Ver a Dios partir me rompe el corazón.
Mi mente ve el pasado,
Sus enseñanzas hacen eco en mí.
No estoy triste, no me preocupo.
Al partir, mi corazón tiene palabras que decir.
¡Oh Dios, oh Dios, querido Dios!
¿Cuándo te veré otra vez?
¿Cuándo escucharé Tus palabras otra vez?
¡Querido Dios!
Ⅱ
Anhelo a Dios; en mi corazón, remordimiento.
Con tantas transgresiones
que son muy difíciles de compensar.
Sus palabras juzgan, y me consuelan, me exhortan.
Pacientemente Él me enseña, me guía en cada paso.
¡Oh Dios, oh Dios, querido Dios!
Nuestros corazones te añoran.
Anhelamos estar contigo otra vez.
¡Querido Dios!
Ⅲ
Anhelo la gracia de Dios y lo añoro.
Siento Su amor mientras ando con Él por peligros.
En mis dificultades, llevo Sus palabras
para estar firme en mi testimonio,
victorioso sobre Satanás.
Ⅳ
Puedo hablar de nuestros momentos y no parar.
Pero mis ojos se llenan de lágrimas y no tengo palabras.
Recuerdo la exhortación de Dios; está en mi corazón.
Hasta el fin de la tierra, hasta el fondo del mar,
no importa cuán duro o demandante sea el viaje,
no me desviaré de completar mi misión.
¡Oh Dios, oh Dios, querido Dios!
Nuestros corazones te añoran.
Por siempre te amaremos y te perteneceremos a ti.
¡Querido Dios!