El pueblo del reino de los cielos
I
El Señor dice: "Arrepentíos,
el reino de los cielos está cerca".
Dios está aquí en los últimos días;
Su reino, entre nosotros.
El reino de los cielos, el reino de Cristo,
ha aparecido en la tierra.
Las vírgenes prudentes oyen Su voz
y van al trono de Dios.
Leemos Sus palabras, aceptamos la verdad,
acudimos al banquete.
Juicio, revelación de Sus palabras,
mi naturaleza muestran.
Falsa e inhumana, soy indigna de vivir ante Él.
El juicio de Cristo limpia mi corrupción.
Desnudo mi corazón ante Dios y no hay barreras.
Amo a Dios, cumplo con mi deber,
acepto Su indagación.
Mi fe es ganar la verdad, vivir a semejanza humana.
Los honestos que a Dios aman
son el pueblo del reino de los cielos.
El reino de Cristo es el cielo
y el hogar de los honestos.
¡A Dios amaré ahora y por siempre!
¡Amaré a Dios por siempre!
II
Especular para ganar bendiciones
es algo vil e impudente.
El que es recto y justo, honorable de corazón,
es honesto.
Lo dará todo, se usará para Dios,
para retribuir Su amor.
Los honestos viven la verdad,
se arrepienten de verdad.
Hacen la voluntad de Dios,
sin quejas ni lamentos.
Le temen a Dios, evitan el mal y viven ante Él.
Son perseguidos y puestos a prueba,
siguen dando testimonio para glorificar a Dios.
Los honestos que a Dios aman
son el pueblo del reino de los cielos.
El reino de Cristo es el cielo
y el hogar de los honestos.
¡A Dios amaré ahora y por siempre!
¡Amaré a Dios por siempre!
De "Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos"