Oración de hoy: Orar por el trabajo
“Querido Señor, vengo ante ti y te ruego por mi trabajo de hoy, no sé qué dificultades y desafíos enfrentaré en mi trabajo de hoy, pero sé que eres el Dios de sabiduría y todopoderoso, no quiero confiar en mis propios talentos y conocimientos para hacer frente a estas cosas, me gustaría confiar en ti, la Biblia dice: ‘No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu’ (Zacarías 4:6). Por favor concédeme fuerza, sabiduría y coraje para enfrentarlos y arreglarlos de manera adecuada, y que tu gracia y bendiciones siempre lleguen a mí. Te lo pido en el nombre de Jesús, Amén”.
“Padre Celestial, vengo ante ti y te pido tu guía y ayuda en mi camino de búsqueda de trabajo. Sé que el momento en que encuentro el trabajo y el tipo del trabajo están en tus manos, quiero entregarle todo en tu mano y esperar tu tiempo, ya que lo que me has preparado es lo mejor, confío en que me mostrarás tus hechos de acuerdo a tu tiempo, eres el mismo Dios fiel y con autoridad, oro en el nombre de Jesús, Amén”.
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Dios dice: “Algunas veces, mirar a Dios no significa pedirle que haga algo utilizando palabras específicas o solicitarle una guía o protección específica. Más bien, es cuando las personas se encuentran con algún problema que pueden clamar a Él de una manera sincera. Así pues, ¿qué hace Dios cuando las personas claman a Él? Cuando el corazón de alguien se conmueve y esa persona piensa ‘Oh, Dios. Yo no puedo hacer esto por mí mismo; no sé cómo hacerlo y me siento débil y negativo…’, cuando surge este pensamiento en ella ¿acaso Dios no lo sabe? Al surgir en las personas este pensamiento, ¿son sinceros sus corazones? Cuando claman a Dios de esta manera, con sinceridad, ¿Dios accede a ayudarles? A pesar del hecho de que tal vez no hayan pronunciado una sola palabra, muestran sinceridad y, así, Dios accede a ayudarles. Cuando alguien se encuentra con una dificultad especialmente espinosa, cuando no tiene a nadie a quien acudir y cuando se siente particularmente indefenso, pone toda su esperanza en Dios. ¿Cómo son sus oraciones? ¿Cuál es su estado mental? ¿Es esa persona sincera? ¿Existe alguna adulteración en ese momento? Es sólo cuando confías en Dios como si Él fuera lo último a lo que puedes aferrarte, esperando que Él te ayude, que tu corazón es sincero. Aunque tal vez no hayas dicho mucho, tu corazón ya se ha conmovido. Esto es, que le das tu corazón sincero a Dios y Dios escucha. Cuando Dios escucha, ve tus dificultades, te esclarecerá, te guiará y te ayudará” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La fe en Dios debe empezar por comprender las tendencias malvadas del mundo).
“Es muy simple ahora: mírame con tu corazón, y tu espíritu se fortalecerá inmediatamente. Tendrás una senda que practicar, y Yo guiaré todos tus pasos. Mi palabra te será revelada en todo momento y lugar. No importa dónde o cuándo, o cuán adverso sea el entorno, Yo te haré ver claramente y Mi corazón te será revelado si me miras con el tuyo; de esta forma, correrás por el camino que tienes por delante, y nunca te perderás” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 13).
“Cuando uno deja a sus padres y pasa a ser independiente, las condiciones sociales a las que se enfrenta y el tipo de trabajo y profesión disponibles para él son decretados por el destino y no tienen nada que ver con sus progenitores. Algunas personas eligen una buena especialidad en la universidad y acaban encontrando un trabajo satisfactorio después de la graduación, dando una primera zancada triunfante en el viaje de su vida. Algunas personas aprenden y dominan muchas habilidades distintas, pero nunca encuentran un trabajo adecuado para ellas o nunca encuentran su posición, y mucho menos tienen una carrera; al principio del viaje de su vida se ven frustradas a cada paso, asediadas por los problemas, con sus perspectivas ensombrecidas y la vida incierta. Algunas personas se aplican diligentemente en sus estudios, pero se pierden por poco todas las oportunidades de recibir una educación superior, y parecen destinadas a no conseguir nunca el éxito y a ver cómo su primera aspiración en el viaje de la vida se esfuma. Sin saber si el camino por delante es liso o pedregoso, sienten por primera vez lo lleno de variables que está el destino humano, y contemplan la vida con expectación y temor. A pesar de no tener una educación demasiado buena, algunos escriben libros y consiguen algo de fama; algunos, aunque casi analfabetos, hacen dinero en los negocios y son por tanto capaces de sustentarse por sí solos… Qué ocupación elegir, cómo ganarse la vida: ¿tienen las personas algún control sobre la toma de buenas o malas decisiones en estas cosas? ¿Son estas cosas acordes con sus deseos y decisiones de las personas? La mayoría de las personas tienen los siguientes deseos: trabajar menos y ganar más, no trabajar al sol ni bajo la lluvia, vestir bien, resplandecer y brillar en todas partes, estar por encima de los demás y honrar a sus ancestros. La gente anhela la perfección, pero cuando dan sus primeros pasos en el viaje de su vida, llegan a darse cuenta poco a poco de lo imperfecto que es el destino humano, y por primera vez comprenden realmente la realidad de que, aunque uno pueda hacer planes atrevidos para su futuro y, aunque pueda albergar audaces fantasías, nadie tiene la capacidad ni el poder para materializar sus propios sueños y nadie está en posición de controlar su propio futuro. Siempre habrá alguna distancia entre los sueños y las realidades a las que se debe hacer frente; las cosas nunca son como a uno le gustaría que fuesen, y frente a tales realidades las personas no pueden conseguir satisfacción ni contentamiento. Algunas personas llegarán hasta un punto inimaginable, realizarán grandes esfuerzos y sacrificios por el bien de su sustento y futuro, intentando cambiar su propio destino. Pero al final, aunque puedan materializar sus sueños y sus deseos a través de su propio trabajo duro, nunca pueden cambiar su destino. Por muy obstinadamente que lo intenten nunca podrán superar lo que el destino les ha asignado. Independientemente de las diferencias de capacidades, inteligencia y la fuerza de voluntad, las personas son todas iguales ante el destino, lo que no hace distinción entre grandes y pequeños, altos y bajos, eminentes y humildes. A qué ocupación se dedica uno, qué se hace para vivir y cuánta riqueza se amasa en la vida es algo que no deciden los padres, los talentos, los esfuerzos ni las ambiciones propias: es el Creador quien lo predestina” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único III).