Versículos sobre el pecado

¿Qué es el pecado, cuál es su origen?

Isaías 14:11-14

¿Cómo caíste del cielo, ¡oh lucero!, tú que tanto brillabas por la mañana? ¿Cómo fuiste precipitado por tierra, tú que has sido la ruina de las naciones? Tú que decías en tu corazón: Escalaré el cielo; sobre las estrellas de Dios levantaré mi trono, me sentaré sobre el Monte del testamento situado al lado del septentrión; sobrepujaré la altura de las nubes, semejante seré al Altísimo. Pero tú has sido precipitado al infierno, a la más honda mazmorra.

Romanos 5:12

Por tanto, así como por un solo hombre entró el pecado en este mundo, y por el pecado la muerte, así también la muerte se fue propagando en todos los hombres, por aquel solo Adán en quien todos pecaron.

Romanos 6:23

Porque el estipendio y paga del pecado es la muerte; pero la vida eterna es una gracia de Dios por Jesucristo nuestro Señor.

La Biblia dice que el pecado es la violación de la ley de Dios, fue producido por Satanás. “Lucero, hijo de la mañana” lo que mencionado en la Biblia justamente se refiere al arcángel, que no ha estado satisfecho con el gobierno de los millones de ángeles, y ha querido tener la misma autoridad que Dios supremo, por lo que él se pervirtió y generó el pecado. Satanás es el nombre después de su caída y llevó el pecado a Adán y Eva, quien vivieron en el Edén, tentó a ellos a comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal. “Ciertamente que no moriréis. Sabe, Dios que en cualquier tiempo que comiereis de él, se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses, conocedores de todo, del bien y del mal”. Adán y Eva violaron el mandato de Dios. Desde entonces, el pecado ha entrado en el mundo a través de Adán y se ha transmitido de generación en generación en los seres humanos. Como descendientes de Adán, hemos seguido su camino trillado, y la paga del pecado es muerte.

¿Cómo expía el pecado cuando uno lo comete?

1 Juan 3:3

Cualquiera que comete pecado, por lo mismo comete una injusticia, pues el pecado es injusticia.

Levítico 5:17-18

Si un hombre peca por ignorancia, haciendo alguna cosa de las prohibidas por la Ley de Dios; y siendo culpable reconoce su culpa, ofrecerá un carnero sin tacha de los rebaños al sacerdote, a medida y proporción del pecado; el sacerdote rogará por él, pues lo hizo sin advertencia y quedará perdonado.

Levítico 6:25

Di a Aarón y a sus hijos: Esta es la ley de la víctima ofrecida por el pecado: Será sacrificada en el acatamiento de Yavé, en el lugar donde se ofrece el holocausto, siendo, como es, cosa sacrosanta.

Levítico 7:7

De la manera que se ofrece la hostia por el pecado, así se ha de ofrecer por el delito; una misma será la ley de ambas hostias; las dos pertenecerán al sacerdote que las ofreciere.

En el l Antiguo Testamento, Dios promulgó leyes tales como los mandamientos, las enseñanzas, las prohibiciones y los decretos (un total de 613 leyes tras el cotejo de generaciones posteriores) para enseñar a la gente e indicarle explícitamente el modo de adorar a Dios y vivir en esta tierra. Estos mandamientos y leyes fueron los primeros requisitos precisos para orientar a la humanidad en cuanto a cómo vivir, para regular la conducta humana y delimitar los criterios morales. También fueron los primeros fundamentos y pautas para determinar la pecaminosidad de los actos.

Aceptar la salvación del Señor Jesús y recibir la ofrenda por el pecado eterna

Juan 3:17-18

Pues no envió Dios su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que por su medio el mundo se salve. Quien cree en él, no es condenado: pero quien no cree, ya tiene hecha la condena; porque no cree en el nombre del Hijo unigénito de Dios.

Juan 5:24

En verdad, en verdad os digo, que quien escucha mi palabra, y cree a aquel que me ha enviado, tiene la vida eterna, y no incurre en sentencia de condenación, sino que ha pasado ya de muerte a vida.

1 Pedro 2:23

El es el que llevó la pena de nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero de la cruz, a fin de que nosotros, muertos a los pecados vivamos a la justicia; y él es por cuyas llagas fuisteis vosotros sanados.

La mayoría de los hermanos y hermanas en el Señor creen que hemos sido perdonados por la fe. Ya que el Señor nos ha hecho santos y ya no pertenecemos al pecado, y seremos arrebatados al cielo cuando venga Él. ¿Se ajusta a la verdad y la palabra de Dios tal opinión? El Señor Jesús dijo: “En verdad, en verdad os digo, que todo aquel que comete pecado, es esclavo del pecado. 35. Es así que el esclavo no mora para siempre en la casa; el hijo sí permanece siempre en ella” (Juan 8:34-35). La Biblia dice: “y la santidad de vida, sin la cual nadie puede ver a Dios” (Hebreos 12:13). El Señor es santo, aunque nuestros pecados han sido perdonados, a menudo pecamos siendo atados por el pecado, desde luego no somos capaces de alcanzar la santidad. ¿El Señor permitirá a uno que suele pecar a entrar al reino de los cielos? La palabra de Dios dice: “Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios [...]”.

¿Cómo podemos librarnos de la naturaleza pecaminosa y obtener la salvación eterna?

Juan 8:34-35

Les replicó Jesús : En verdad, en verdad os digo, que todo aquel que comete pecado, es esclavo del pecado. Es así que el esclavo no mora para siempre en la casa; el hijo sí permanece siempre en ella.

Mateo 7:21

No todo aquel que me dice: ¡Oh, Señor, Señor! entrará por eso en el reino de los cielos; sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial, ése es el que entrará en el reino de los cie-los.

1 Pedro 4:16

Pues tiempo es de que comience el juicio por la casa de Dios.

Juan 12:48

Quien me menosprecia, y no recibe mis palabras, ya tiene juez que le juzgue; la palabra que yo he predicado, ésa será la que le juzgue el último día.

Juan 16:12-13

Aún tengo otras muchas cosas que deciros; mas por ahora no podéis comprenderlas. Cuando venga el Espíritu de verdad, él os enseñará todas las verdades necesarias para la salvación; pues no hablará de suyo, sino que dirá todas las cosas que habrá oído, y os anunciará las venideras.