Evangelio de Hoy - Juan 13:34
Evangelio de Hoy - Juan 13:34
Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.
Este es el requerimiento de Jesucristo para nosotros católicos. Debemos amarnos unos a otros, ser tolerantes y pacientes, y ayudarnos unos a otros. En el pasado, pensé que amar a mis hermanos y hermanas es ayudarlos tanto como puedo cuando tienen dificultades en la vida. No fue hasta que leí algunas palabras en un libro que entendí que el amor mutuo no se muestra a través de formalidades externas a nuestros hermanos y hermanas, sino a través de ayuda en nuestras vidas espirituales. El libro dice: “De esta manera, estas relaciones no se establecen en la carne sino sobre el fundamento del amor de Dios. Casi no hay interacciones carnales, pero en el espíritu hay comunicación mutua, así como mutuo amor, consuelo y provisión. Todo esto se hace sobre el fundamento de un corazón que complace a Dios. Estas relaciones no se mantienen por confiar en una filosofía humana de vivir, sino que se forman de una manera muy natural, llevando la carga de Dios. No requieren de un esfuerzo que provenga del hombre. Solo necesitas practicar según los principios-palabra de Dios”. De estas palabras me doy cuenta de que el amor verdadero por los hermanos es de corazón y está establecido sobre el fundamento del amor de Dios, amamos a los hermanos porque amamos a Dios. Este amor no se expresa en la asistencia material que brindamos, sino en la ayuda y el apoyo en nuestra vida espiritual. Cuando los hermanos y hermanas tienen dificultades en la vida y son negativos y débiles de espíritu, podemos ayudarlos y apoyarlos voluntariamente para que sientan el amor de Dios y entiendan la voluntad de Dios, para que puedan obtener alimento espiritual para ser fuertes y recuperar la fe en Dios.