29 versículos de confianza en Dios en tiempos difíciles
Es inevitable que todos encuentren algunas dificultades en sus vidas, tales como: apuro económico, conflictos familiares, enfermedades y contratiempos laborales, etc. Ante estas dificultades, muchas personas se vuelven negativas y débiles con facilidad, y no saben cómo experimentarlas, e incluso perdiendo la fe en Dios. Amigos, por favor, no estén tristes, porque tenemos a Dios, mientras nos acerquemos y confiemos en Él con sinceridad, Él nos brindará confianza y fortaleza para superarlas. Lee el siguiente contenido relacionado, te ayudará a mantener fuerte tu fe en Dios en tiempos difíciles.
Versículos bíblicos relevantes:
“No temas, digo, que yo estoy contigo; no te desvíes, pues yo soy tu Dios; yo te he confortado, y te he auxiliado, y la diestra poderosa de mi Justo te ha amparado” (Isaías 41:9).
“Confía en Yavé con todo tu corazón, y no te apoyes en tu prudencia. En todas tus empresas tenle presente, y él sea quien dirija todos tus pasos” (Proverbios 3:5-6).
“Cifra tus delicias en Yavé, y te otorgará cuanto desea tu corazón. Expón a Yavé tu situación, y confía en él; y él obrará. Y hará brillar tu justicia como la luz y el derecho de tu causa como el sol de medio día” (Salmos 37:4-6).
“Confíen, pues, en ti, ¡oh Dios mío!, los que conocen y adoran tu Nombre; porque jamás has desamparado, Yavé, a los que a ti recurren” (Salmos 9:10).
“Yavé es el que me auxilia y protege; en él esperó mi corazón, y fui socorrido. Y resucitó mi carne; y así le alabaré con todo mi afecto” (Salmos 28:7).
“En razón de esto os digo: No os acongojéis por hallar qué comer para sustentar vuestra vida, o de dónde sacaréis vestidos para cubrir vuestro cuerpo. Qué ¿no vale más la vida, o el alma, que el alimento, y el cuerpo que el vesti-do?” (Mateo 6:25).
“Buen ánimo y sé constante. No temas ni desmayes; porque contigo está Yavé Dios tuyo a cualquier parte que vayas” (Josué 1:9).
“Expón a Yavé tu situación, y confía en él; y él obrará” (Salmos 37:5).
“Al contrario, bienaventurado el varón que tiene puesta en Yavé su confianza, y cuya esperanza es Yavé. Porque será como el árbol transplantado junto a las corrientes de las aguas, el cual extiende hacia la humedad sus raíces, y así no temerá la sequedad cuando venga el estío. Y estarán siempre verdes sus hojas, y no le hará mella la sequía, y jamás dejará de producir fruto” (Jeremías 17:7-8).
“El que se acoge al asilo del Altísimo, descansará siempre bajo la protección del Dios del cielo. El dirá a Yavé: Tú eres mi amparo y refugio; el Dios mío en quien esperaré. Porque él me ha librado del lazo de los cazadores y de terribles adversidades. Con sus alas te hará sombra, y debajo de sus plumas estarás confiado. Su verdad te cercará como escudo; no temerás terrores nocturnos, ni la saeta disparada de día, ni al enemigo que anda en tinieblas, ni los asaltos del demonio en medio del día. Caerán muertos a tu siniestra mil y diez mil a tu diestra; mas nada te pasará a ti” (Salmos 91:1-7).
“Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro defensor en las tribulaciones que tanto nos han acosado. Por eso no temeremos aun cuando se conmueva la tierra, y sean trasladados los montes al medio del mar. Bramaron y se alborotaron sus aguas, a su furioso ímpetu se estremecieron los montes” (Salmos 46:1-3).
“Es el Nombre de Yavé una torre fortísima; a él se acoge el varón justo, y será ensalzado” (Proverbios 18:10).
“Y no estéis tristes porque el gozo de Yavé es nuestra fortaleza” (Nehemías 8:10).
“Tú, ¡oh Dios!, nos conservarás la paz; la paz o reunión de todos los bienes, ya que en ti tenemos puesta nuestra esperanza. Vosotros pusisteis para siempre vuestra esperanza en Yavé, en Yavé Dios, que es nuestra fortaleza eterna” (Isaías 26:2-3).
“Clamaron los justos, y los oyó Yavé, y los libró de todas sus aflicciones” (Salmos 34:17).
“La paz os dejo, la paz mía os doy; no os la doy yo, como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón, ni se acobarde” (Juan 14:27).
“Acudí solícitamente a Yavé, y me oyó, y me sacó de todas mis tribulaciones” (Salmos 34:4).
“Yavé es mi luz y mi salvación: ¿a quién he de temer yo? Yavé es el defensor de mi vida: ¿quién me hará temblar?” (Salmos 27:1).
“Pronto está Yavé para todos los que le invocan, para cuantos le invocan de veras. Condescenderá con la voluntad de los que le temen; oirá benigno sus peticiones, y los salvará” (Salmos 145:18-19).
“Descargando en su amoroso seno todas vuestras solicitudes, pues él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:6).
“He aquí que Dios es el salvador mío; viviré lleno de confianza, y no temeré; porque mi fortaleza y mi gloria es Yavé, y él ha tomado por su cuenta mi salvación” (Isaías 12:1).
“En cualquier día que te invocare, óyeme benigno; tú aumentarás la fortaleza de mi al-ma” (Salmos 138:3).
“¿Cómo no estará mi alma sometida a Dios, dependiendo de él mi salvación? El es mi Dios y mi salvador ; siendo él mi defensa, no seré jamás conmovido” (Salmos 62:1-2).
“El dirá a Yavé: Tú eres mi amparo y refugio; el Dios mío en quien esperaré” (Salmos 91:2).
“No temerá al oír malas nuevas. Su corazón está siempre dispuesto a esperar en Yavé. Fortalecido está su corazón; no vacilará el justo; y mirará con desprecio a sus enemigos” (Salmos 112:7-8).
“Nuestro socorro viene del Nombre de Yavé, creador del cielo y de la tierra” (Salmos 124:8).
“Los que ponen en Yavé su confianza estarán firmes como el monte de Sión; nunca jamás será derrotado el morador” (Salmos 125:1).
“Muchos dolores le esperan al pecador; mas al que tiene puesta en Yavé su esperanza, la misericordia le servirá de muralla. Alegraos, ¡oh justos!, y regocijaos en Yavé, y gloriaos en él vosotros todos los de recto corazón” (Salmos 32:10-11).
“No ha de ser por medio de un ejército, ni con la fuerza, sino por la virtud de mi espíritu, dice Yavé de los ejércitos” (Zacarías 4:6).
Las palabras relevantes de Dios:
Es muy simple ahora: mírame con tu corazón, y tu espíritu se fortalecerá inmediatamente. Tendrás una senda que practicar, y Yo guiaré todos tus pasos. Mi palabra te será revelada en todo momento y lugar. No importa dónde o cuándo, o cuán adverso sea el entorno, Yo te haré ver claramente y Mi corazón te será revelado si me miras con el tuyo; de esta forma, correrás por el camino que tienes por delante, y nunca te perderás.
Extracto de “Capítulo 13” de Declaraciones de Cristo en el principio
Cuando recurres a Dios, es posible que Él no te dé ningún sentimiento ni ninguna idea clara, mucho menos ninguna dirección clara, pero Él te permite algo de entendimiento. O tal vez esta vez no has entendido nada, sin embargo ¿está bien que recurras a Dios? El que las personas practiquen de esta manera no se hace para seguir reglas sino más bien es la necesidad en sus corazones y es como el hombre debería practicar. No es que puedas obtener iluminación y guía cada vez que recurres a Dios y apelas a Dios. Este estado espiritual en la vida del hombre es normal y natural, y recurrir a Dios es la interacción normal con Dios en los corazones de las personas.
Extracto de “Los creyentes deben empezar por comprender las tendencias malvadas del mundo”
Algunas veces, esperar en Dios no significa pedirle que haga algo utilizando palabras específicas o solicitarle una guía o protección específica. Más bien, es cuando las personas se encuentran con algún problema que pueden clamar a Él de una manera sincera. Así pues, ¿qué hace Dios cuando las personas claman a Él? Cuando el corazón de alguien se conmueve y esa persona piensa “Oh, Dios. Yo no puedo hacer esto por mí mismo; no sé cómo hacerlo y me siento débil y negativo…”, cuando surgen estos pensamientos en ella ¿acaso Dios no lo sabe? Cuando claman a Dios de esta manera, con sinceridad, ¿Dios accede a ayudarles? A pesar del hecho de que tal vez no hayan pronunciado una sola palabra, muestran sinceridad y, así, Dios accede a ayudarles. Cuando alguien se encuentra con una dificultad especialmente espinosa, cuando no tiene a nadie a quien acudir y cuando se siente particularmente indefenso, pone toda su esperanza en Dios. ¿Cómo son sus oraciones? ¿Cuál es su estado mental? ¿Es esa persona sincera? ¿Existe alguna adulteración en ese momento? Es sólo cuando confías en Dios como si Él fuera lo último a lo que puedes aferrarte para salvar tu vida, esperando que Él te ayude, que tu corazón es sincero. Aunque tal vez no hayas dicho mucho, tu corazón ya se ha conmovido. Esto es, que le das tu corazón sincero a Dios y Dios escucha. Cuando Dios escucha, ve tus dificultades, y te esclarecerá, te guiará y te ayudará.
Extracto de “Los creyentes deben empezar por comprender las tendencias malvadas del mundo”