12 versículos sobre la misericordia de Dios - Cómo obtener la misericordia de Dios

Con el brote de la pandemia global en 2020, y la ocurrencia frecuente de los terremotos, las hambrunas, los incendios, las plagas de insectos y otros desastres, todo el mundo vive en pánico, está tan indefenso y desamparado. Mucha gente ora fervientemente a Dios para pedirle la misericordia y la protección en los desastres. ¿Pero sabes qué es la misericordia de Dios? ¿De quién tiene misericordia Dios? Y ¿cómo obtener la misericordia de Dios? Lee los siguientes versículos y contenido para descubrir las respuestas.

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1. ¿Qué dice la Biblia acerca de la misericordia de Dios? ¿Qué es la misericordia de Dios?
2. ¿Cómo obtener la misericordia de Dios?

1. ¿Qué dice la Biblia acerca de la misericordia de Dios? ¿Qué es la misericordia de Dios?

“No padecerán hambre ni sed, ni el ardor del sol les ofenderá; porque aquel Señor que usa de tanta misericordia para con ellos, los conducirá, y los llevará a beber en los manantiales de las aguas” (Isaías 49:10).

“¡Oh cielos!, entonad himnos; y tú ¡oh tierra!, regocíjate; resonad vosotros, ¡oh montes!, en alabanzas, porque Yavé ha consolado a su pueblo, y se apiadará de sus pobres” (Isaías 49:13).

“¿puede la mujer olvidarse de su niño, sin que tenga compasión del hijo de sus entrañas? Pero aun cuando pudiese olvidarle, yo nunca podré olvidarme de ti” (Isaías 49:15).

“En el momento de mi indignación aparté de ti mi rostro por un poco; pero en seguida me he compadecido de ti con eterna misericordia, dice Yavé que te ha redimido” (Isaías 54:8).

“Aun cuando los montes sean conmovidos, y se estremezcan los collados, mi misericordia no se apartará de ti, y será firme la alianza de paz que he hecho contigo, dice Yavé, compadecido de ti” (Isaías 54:10).

“Y dijo Yavé: Tú tienes pesar por la pérdida de una hiedra, que ningún trabajo te ha costado, ni tú la has hecho crecer, pues ha crecido en una noche y en una noche ha perecido. ¿Y yo no tendré compasión de Nínive, ciudad tan grande, y en la cual hay más de ciento veinte mil personas, que no saben aún discernir la mano diestra de la izquierda, y un gran número de animales?” (Jonás 4:10-11).

Las palabras relevantes de Dios:

Aunque se le confió a Jonás la proclamación de las palabras de Jehová Dios a las personas de Nínive, él no entendió los propósitos de Jehová Dios, como tampoco Sus preocupaciones por los habitantes de la ciudad ni Sus expectativas para ellos. Con esta reprimenda Dios pretendía decirle que la humanidad era el producto de las propias manos de Dios y que Él había dedicado un empeño minucioso en todas y cada una de las personas; que todos y cada uno llevaban sobre los hombros las expectativas de Dios; que todos y cada uno disfrutaban de la provisión de vida de Dios; Él había pagado el precio de un esfuerzo laborioso por cada persona. Esta reprimenda también dijo a Jonás que Dios valoraba a la humanidad, que era la obra de Sus propias manos, tanto como Jonás mismo valoraba la calabacera. Dios no abandonaría a la humanidad a la ligera, o hasta el último momento posible; en particular, porque había demasiados niños y ganado inocente en la ciudad. Cuando lidiar con estos jóvenes e ignorantes productos de la creación de Dios, que ni siquiera podían distinguir su mano derecha de la izquierda, era aún menos concebible que Dios acabara con sus vidas y determinara sus consecuencias de una forma tan apresurada. Dios esperaba verlos crecer; esperaba que no caminasen por las mismas sendas que sus mayores, que no tuviesen que oír de nuevo la advertencia de Jehová Dios y que diesen testimonio del pasado de Nínive. Más aún, Dios esperaba ver Nínive después de su arrepentimiento, ver el futuro de Nínive tras su arrepentimiento y, lo más importante, ver Nínive una vez más viviendo bajo la misericordia de Dios. Por tanto, a los ojos de Dios, aquellos objetos de la creación que no podían distinguir entre sus manos derecha e izquierda eran el futuro de Nínive. Cargarían con el pasado despreciable de Nínive, del mismo modo que cargarían con la importante obligación de dar testimonio tanto del pasado como del futuro de Nínive bajo la guía de Jehová Dios. En esta declaración de Sus sinceros sentimientos, Jehová Dios presentó la misericordia del Creador por la humanidad en su totalidad. Mostró a la humanidad que “la misericordia del Creador” no es una expresión vacía ni una promesa hueca; tiene principios, métodos y objetivos concretos. Dios es verdadero y real, y no hay en Él falsedad ni disfraz, y de esta misma manera Su misericordia se concede incesantemente a la humanidad en cada momento y época. Sin embargo, hasta este mismo día, el diálogo del Creador con Jonás es Su única y exclusiva declaración verbal de por qué y cómo muestra misericordia hacia la humanidad, cuán tolerante es con la humanidad y Sus sentimientos sinceros por ella. Las breves palabras de Jehová Dios expresan Sus pensamientos hacia la humanidad como algo integral; son una expresión verdadera de la actitud de Su corazón hacia esta, y son también una prueba concreta de Su concesión de abundante misericordia hacia la humanidad. Él no concede Su misericordia solamente sobre las generaciones más ancianas de la humanidad, pero también la otorga a los miembros más jóvenes de la misma, como siempre ha sido, de una generación a la siguiente. Aunque la ira de Dios desciende frecuentemente sobre ciertos rincones y ciertas épocas de la humanidad, la misericordia de Dios nunca ha cesado. Con Su misericordia, Él guía y dirige a una generación de Su creación tras otra y provee y alimenta a una generación de la creación tras otra, porque Sus sentimientos sinceros hacia la humanidad nunca cambiarán. Del mismo modo que Jehová Dios dijo: “¿No tendré Yo lástima de Nínive […]?”. Él siempre ha cuidado de Su propia creación. Esta es la misericordia del carácter justo del Creador, ¡y es también Su total singularidad!

Extracto de “Dios mismo, el único II”

Sólo el Creador siente ternura hacia esta humanidad. Sólo el Creador muestra compasión y afecto a esta humanidad. Sólo el Creador tiene un afecto sincero, inquebrantable por esta humanidad. De igual forma, sólo el Creador puede conceder misericordia a esta humanidad y cuidar de toda Su creación. Su corazón da un vuelco y duele con cada una de las acciones del hombre: Él se enoja, angustia y apena por el mal y la corrupción del hombre; Él está encantado, feliz, es clemente y está exultante por el arrepentimiento y la fe del hombre; cada uno de Sus pensamientos e ideas existe por la humanidad y gira alrededor de esta; lo que Él es y tiene se expresa totalmente por el bien de la humanidad; Su placer, Su ira, Su tristeza y Su felicidad, todo ello está entretejido con la existencia de la humanidad. Por el bien de la humanidad, Él viaja y se mueve; da en silencio cada pedazo de Su vida; dedica cada minuto y segundo de Su vida… Nunca ha sabido cómo tener compasión de Su propia vida, pero siempre ha cuidado a la humanidad que Él mismo creó… Él da todo lo que tiene a esta humanidad… Otorga Su misericordia y tolerancia incondicionalmente y sin esperar recompensa. Lo hace sólo para que la humanidad pueda seguir sobreviviendo delante de Sus ojos, recibiendo Su provisión de vida. Lo hace sólo para que la humanidad pueda someterse a Él un día y reconocer que Él es Aquel que nutre la existencia del hombre y provee la vida de toda la creación.

Extracto de “Dios mismo, el único II”

Dios había despreciado al hombre, porque el hombre era hostil con Él; pero en Su corazón, Su cuidado, preocupación y misericordia por la humanidad permanecían inmutables. Incluso cuando destruyó a la humanidad, Su corazón permaneció inmutable. Cuando esta estaba llena de corrupción y hasta un punto doloroso le desobedeció a Dios, Él tuvo que destruirla por Su carácter y Su esencia, y de acuerdo con Sus principios. Pero por Su esencia, Dios siguió compadeciéndose de ella, y hasta quiso usar diversas formas para redimirla, a fin de que continuase viviendo. El hombre, sin embargo, se opuso a Dios, siguió desobedeciéndole y se negó a aceptar Su salvación, es decir, se negó a aceptar Sus buenas intenciones. No importa cómo lo llamó Dios, le recordó, le proveyó, lo ayudó o toleró, el hombre no lo entendía ni lo apreciaba, ni le prestaba atención. En Su dolor, Dios no olvidó concederle al hombre Su máxima tolerancia, esperando que el hombre cambie de rumbo. Después de alcanzar Su límite, hizo lo que tuvo que hacer sin dudarlo. En otras palabras, hubo un período y un proceso específicos desde el momento en que Dios planeó destruir la humanidad hasta el comienzo de Su obra de destrucción de la misma. Este proceso existió con el propósito de capacitar al hombre para que cambiase de rumbo, y esta fue la última oportunidad que Dios le dio al hombre. ¿Qué hizo Dios, pues, en este período anterior a la destrucción de la humanidad? Llevó a cabo una cantidad significativa de trabajo recordatorio y de exhortación. Independientemente del dolor y del pesar que había en Su corazón, Él continuó prestando Su cuidado, Su preocupación y Su abundante misericordia a la humanidad. ¿Qué vemos a partir de esto? Indudablemente, que el amor de Dios por la humanidad es real y no algo que solo se dice de la boca para afuera. Es real, tangible y apreciable; no es fingido ni está adulterado, ni es engañoso o pretencioso.

Extracto de “La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo I”

2. ¿Cómo obtener la misericordia de Dios?

“Quien encubre sus pecados no podrá ser dirigido; mas el que los confesare y se arrepintiere de ellos, alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13).

“Abandone el impío su camino y el inicuo sus designios, y conviértase a Yavé, el cual se apiadará de él, ​y a nuestro Dios, que es generosísimo en perdonar” (Isaías 55:7).

“En seguida se publicó en Nínive una orden del rey y de sus principales magnates que decía: Ni hombres ni bestias nada coman; no salgan a pacer ni a beber los bueyes y ganados; hombres y bestias cúbranse con sacos y arreos de luto, y clamen aquellos con todo ahínco al Señor, convirtiéndose cada uno de su mala vida e inicuo proceder: ¿Quién sabe si así cambiará el Señor su designio, y nos perdonará; y si se aplacará el furor de su ira, de suerte que no perezcamos?” (Jonás 3:7-9).

Las palabras relevantes de Dios:

Después de oír la declaración de Dios, el rey de Nínive y sus súbditos llevaron a cabo una serie de acciones. ¿Cuál fue la naturaleza de sus acciones y su conducta? En otras palabras, ¿cuál fue la esencia de la totalidad de su conducta? ¿Por qué hicieron lo que hicieron? En los ojos de Dios se habían arrepentido sinceramente, no sólo porque habían hecho fervientes ruegos a Dios y confesado sus pecados delante de Él, sino también porque habían abandonado su conducta malvada. Actuaron de esta forma porque después de oír las palabras de Dios, se asustaron increíblemente y creyeron que Él haría lo que dijo. Ayunando, vistiendo de cilicio y sentándose sobre cenizas, deseaban expresar su disposición a reformarse de sus caminos y refrenar su maldad, y oraron para que Jehová Dios contuviese Su enojo, rogaron a Jehová Dios para que se retractase de Su decisión y la catástrofe que se cernía sobre ellos. Si examinamos todo su comportamiento se puede ver que ya entendieron que sus actos malvados anteriores eran detestables para Jehová Dios y vemos también que entendieron la razón por la que Él los destruiría pronto. Por este motivo, todos deseaban alcanzar un completo arrepentimiento, alejarse de sus malvadas sendas y abandonar la violencia en sus manos. En otras palabras, una vez conocieron la declaración de Jehová Dios, todos y cada uno de ellos sintió miedo en su corazón; ya no continuaron con su conducta malvada ni cometiendo esos actos que eran tan aborrecidos por Jehová Dios. Adicionalmente, rogaron a Jehová Dios que perdonase sus pecados pasados y que no los tratase en función de sus acciones pasadas. Estaban dispuestos a no involucrarse más en la maldad y a actuar según las instrucciones de Jehová Dios, si así fuera posible nunca más enfurecer a Jehová Dios. Su arrepentimiento fue sincero y profundo. Provino del fondo de sus corazones y no fue fingido ni pasajero.

Una vez que todas las personas de Nínive, desde el rey hasta el pueblo llano, conocieron que Jehová Dios estaba enojado con ellos, Dios podía ver clara y sencillamente cada una de sus acciones siguientes y la totalidad de su comportamiento, así como cada una de las decisiones que tomaron y elecciones que hicieron. El corazón de Dios cambió según su comportamiento. ¿Cuál era el estado de ánimo de Dios en ese preciso momento? La Biblia te puede responder esa pregunta. Las siguientes palabras fueron registradas en las Escrituras: “Y Dios vio sus obras que ellos se habían arrepentido de su maldad; y Dios se arrepintió del mal que Él había anunciado para ellos y no lo cumplió”. Aunque Dios cambió de opinión, no había nada complicado sobre Su estado de ánimo. Simplemente pasó de expresar Su enojo a calmarlo y después decidió no traer la catástrofe sobre la ciudad de Nínive. La razón por la que la decisión de Dios —salvar a los ninivitas de la catástrofe— fue tan rápida es que Dios observó el corazón de cada persona de Nínive. Vio lo que tenían en del fondo de sus corazones: su sincero arrepentimiento y la confesión de sus pecados, su creencia sincera en Él, su profundo sentido de cómo sus actos malvados habían enfurecido Su carácter, y el miedo resultante del castigo inminente de Jehová Dios. Al mismo tiempo, Jehová Dios también oyó sus oraciones, que provenían del fondo de sus corazones, rogándole que dejara de estar enojado con ellos para que pudiesen evitar esta catástrofe. Cuando Dios observó todos estos hechos, poco a poco Su ira se desvaneció. Independientemente de cuán grande había sido anteriormente Su enojo, cuando vio el arrepentimiento sincero en el fondo de los corazones de estas personas, Su corazón se conmovió y, por tanto, no quiso traer la catástrofe sobre ellas, y dejó de estar enojado con ellas. En lugar de eso, continuó extendiendo Su misericordia y tolerancia hacia ellas y continuó guiándolas y proveyendo para ellas.

Extracto de “Dios mismo, el único II”

Este “camino de maldad” no se refiere a un puñado de actos malvados, sino a la fuente de mal de la que emana el comportamiento de las personas. “Arrepentirse de su propio camino de maldad” significa que aquellos en cuestión nunca cometerán estos actos de nuevo. En otras palabras, nunca se comportarán de esa forma malvada de nuevo; el método, la fuente, el propósito, la intención y el principio de sus acciones han cambiado todos; nunca más usarán esos métodos y principios para traer disfrute y felicidad a sus corazones. El “despojarse” en “despojarse de toda la violencia de sus propios manos” significa deponer o desechar, romper totalmente con el pasado y nunca volver atrás. Cuando el pueblo de Nínive abandonó la violencia que había en sus manos, esto demostraba y representaba su arrepentimiento verdadero. Dios observa la apariencia exterior de las personas, así como sus corazones. Cuando Dios observó el arrepentimiento verdadero en los corazones de los ninivitas sin dudarlo y también observó que habían dejado sus caminos malvados y abandonado la violencia que había en sus manos, cambió de opinión. Es decir, la conducta y el comportamiento de estas personas, sus diversas formas de hacer las cosas, así como su verdadera confesión y arrepentimiento de los pecados en su corazón provocaron que Dios cambiase Su opinión, Sus intenciones, se retractase de Su decisión y no los castigase ni destruyese. Así pues, las personas de Nínive consiguieron un fin diferente para ellas. Redimieron sus propias vidas y al mismo tiempo obtuvieron la misericordia y tolerancia de Dios, punto en el cual Dios también replegó Su ira.

Extracto de “Dios mismo, el único II”

Independientemente de cuán airado había estado Dios con los ninivitas, en cuanto declararon un ayuno y vistieron de cilicio y cenizas, Su corazón comenzó a ablandarse y Su opinión a cambiar. Cuando Él les proclamó que destruiría su ciudad —el momento anterior a su confesión y arrepentimiento de sus pecados— Dios seguía airado con ellos. Una vez hubieron llevado a cabo una serie de actos de arrepentimiento, el enojo de Dios por los habitantes de Nínive se transformó gradualmente en misericordia y tolerancia hacia ellos. No hay nada contradictorio acerca de la revelación coincidente de estos dos aspectos del carácter de Dios en el mismo acontecimiento. Entonces, ¿cómo debería uno entender y conocer esta ausencia de contradicción? Dios expresó y reveló por separado cada una de estas esencias de los dos polos opuestos cuando el pueblo de Nínive se arrepintió, permitiendo a las personas ver la realidad de la esencia de Dios y que esta no se puede ofender. Dios utilizó Su actitud para decirle a las personas: no es que Dios no tolere a las personas o que no quiera mostrarles misericordia; más bien es que las personas raramente se arrepienten verdaderamente a Dios, y es raro que las personas se vuelvan verdaderamente de sus malos caminos y abandonen la violencia de sus manos. En otras palabras, cuando Dios está airado con el hombre, espera que este sea capaz de arrepentirse sinceramente y, en efecto, espera ver el arrepentimiento verdadero del hombre, en cuyo caso continuará concediendo entonces con liberalidad Su misericordia y tolerancia al hombre. Es decir, la conducta malvada del hombre provoca la ira de Dios, mientras que la misericordia y tolerancia de Dios se conceden a aquellos que escuchan a Dios y se arrepienten sinceramente delante de Él, a aquellos que pueden volverse de sus caminos malvados y abandonar la violencia de sus manos. La actitud de Dios se reveló muy claramente en Su trato con los ninivitas: la misericordia y la tolerancia de Dios no son en absoluto difíciles de conseguir, y lo que Él exige es el arrepentimiento sincero de uno. Siempre y cuando las personas se vuelvan de sus caminos malvados y abandonen la violencia de sus manos, Dios cambiará Su opinión y Su actitud hacia ellas.

Extracto de “Dios mismo, el único II”

A partir del contenido anterior, podemos ver claramente que la misericordia y la tolerancia de Dios son reales y que nunca han abandonado al hombre, pero si uno las puede recibir o no, depende de si tiene verdadera fe en Dios y el sincero arrepentimiento. Ante los desastres actuales, ¿cómo podemos arrepentirnos sinceramente como los ninivitas para obtener la misericordia y el perdón de Dios, y ser protegidos en medio de los desastres? Lee el siguiente contenido sobre el verdadero arrepentimiento, o ponte en contacto con nosotros a través del chat en línea, ¡nuestro especialista resolverá todos tus problemas sobre la fe de forma gratuita!