Versículos sobre la gran tribulación - Profecías bíblicas sobre la Gran Tribulación

¿Qué sucederá durante y después de la gran tribulación? Aquí seleccionamos versículos sobre la gran tribulación para resolver sus dudas.

Eventos durante la gran tribulación

Destrucción de la religión falsa

“Vino entonces uno de los siete ángeles, que tenían las siete tazas, y habló conmigo, diciendo: Ven, te mostraré la condenación de la gran ramera, que tiene su asiento sobre muchas aguas” (Apocalipsis 17:1).

“Y en la frente tenía escrito este nombre: Misterio, Babilonia la grande, madre de las deshonestidades y abominaciones de la tierra” (Apocalipsis 17:5).

“Y me arrebató en espíritu al desierto. Y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos” (Apocalipsis 17:3).

“Me dijo más: Las aguas que viste donde está sentada la ramera, son pueblos, y naciones, y lenguas. Y los diez cuernos que viste en la bestia, ésos aborrecen a la ramera, y la dejarán desolada, y desnuda, y comerán sus carnes, y a ella la quemarán en el fuego. Porque Dios ha movido sus corazones para que hagan lo que a él le parece, y den su reino a la bestia hasta que se cumplan las palabras de Dios. En fin, la mujer que viste, es aquella ciudad grande, que tiene imperio sobre los reyes de la tierra” (Apocalipsis 17:15-18).

Ataque a la verdadera religión

“Hijo de hombre, dirige tu rostro contra Gog, a la tierra de Magog, al príncipe y cabeza de Mosoc y de Tubal, y profetiza sobre él” (Ezequiel 38:2).

“Tú irás allá y entrarás como una tempestad y como un nublado para cubrir la tierra con todos tus escuadrones, y con los muchos pueblos que están contigo. Esto dice Yavé Dios: En aquel día formarás en tu corazón altivos pensamientos, y maquinarás perversos designios; y dirás: Yo me dirigiré a una tierra indefensa; iré contra una nación que descansa y vive sin recelo alguno, y todos ellos habitan en lugares abiertos, sin puertas ni cerrojos; para enriquecerte de esta manera con los despojos y hacerte dueño de la presa, y descargarás la mano sobre aquellos que habían sido dispersados y fueron después restablecidos; sobre el pueblo que ha sido recogido de entre las naciones, el cual comenzó a poseer y habitar el país que se miraba como el centro de las naciones de la tierra” (Ezequiel 38:9-12).

“Y en aquel día, día en que llegue Gog a la tierra de Israel, dice Yavé Dios, se desahogará mi indignación y mi furor. Así lo decreto lleno de celo y encendido en cólera. Grande será en aquel día la conmoción en la tierra de Israel; y a mi presencia se agitarán y andarán perturbados los peces del mar, y las aves del cielo, y las bestias del campo y todos los reptiles que se mueven sobre la tierra, y cuantos hombres moran en ella; y serán derribados los montes, y caerán los vallados o baluartes e irán por el suelo todas las murallas. Y llamaré contra él en todos mis montes la espada, dice Yavé Dios, cada uno dirigirá la espada contra su propio hermano. Y lo castigaré con la peste, y con la espada, y con furiosos aguaceros y terribles piedras; fuego y azufre lloveré sobre él, y sobre su ejército, y sobre los muchos pueblos que van con él. Con esto haré que se vea mi grandeza y mi santidad, y me haré conocer de muchas naciones, y sabrán que yo soy Yavé” (Ezequiel 38:18-23).

“Si el mundo os aborrece, sabed que antes que a vosotros me aborreció a mí” (Juan 15:18).

“Yo les he comunicado tu palabra, y el mundo los ha aborrecido, porque no son del mundo, así como yo tampoco soy del mundo” (Juan 17:14).

“Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:10).

Juicio de los habitantes de la tierra – Las ovejas y las cabras

“Cuando venga, pues, el Hijo del hombre con toda su majestad, y acompañado de todos sus ángeles, se sentará entonces en el trono de su gloria; y hará comparecer delante de él a todas las naciones; y separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, poniendo a las ovejas a su derecha y los cabritos a la izquierda. Entonces el rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino celestial, que os está preparado desde el principio del mundo; porque yo tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era peregrino y me hospedasteis; estando desnudo me cubristeis, enfermo y me visitasteis, encarcelado y vinisteis a verme y consolarme” (Mateo 25:31-36).

Reunión de los gobernantes del Reino

“El cual enviará sus ángeles, que a voz de trompeta sonora congregarán a sus escogidos de las cuatro partes del mundo, desde un horizonte del cielo hasta el otro” (Mateo 24:31).

“El que venciere poseerá todas estas cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo” (Apocalipsis 21:7).

“Y exclamaban a grandes voces, diciendo: La salvación se debe a nuestro Dios, que está sentado en el solio, y al Cordero” (Apocalipsis 7:9).

Armagedón

“Porque éstos son espíritus de demonios que hacen prodigios, y van a los reyes de toda la tierra con el fin de convocarlos en batalla para el día grande del Dios Todopoderoso” (Apocalipsis 16:14).

“Todos éstos serán reunidos en un campo, que en hebreo se llama Armagedón”(Apocalipsis 16:16).

“Y vi a la bestia, y a los reyes de la tierra, y sus ejércitos reunidos, para trabar batalla contra el que estaba montado sobre el caballo y contra su ejército. Entonces fue presa la bestia, y con ella el falso profeta que a vista de la misma había hecho prodigios, con que sedujo a los que recibieron la marca de la bestia, y a los que adoraron su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos en un estanque de fuego que arde con azufre. Mientras los demás fueron muertos con la espada que sale de la boca del que estaba montado en el caballo blanco; y todas las aves se hartaron de la carne de ellos” (Apocalipsis 19:19-21).

Eventos después de la gran tribulación

Satanás y los demonios serán atados

“Vi también descender del cielo a un ángel, y tenía la llave del abismo, y una gran cadena en su mano. Y agarró al dragón, esto es, a aquella serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y le encadenó por mil años. Y le metió en el abismo, y le encerró, y puso sello sobre él, para que no ande más engañando a las gentes, hasta que se cumplan los mil años, después de los cuales ha de ser soltado por poco tiempo” (Apocalipsis 20:1-3).

“Mas al cabo de los mil años será suelto Satanás de su prisión” (Apocalipsis 20:7).

Comienza el Reino del Milenio

“Después de esto vi una gran muchedumbre, que nadie podía contar, de todas naciones, y tribus, y pueblos, y lenguas, que estaban ante el trono y delante del Cordero, revestidos de un ropaje blanco, con palmas en sus manos” (Apocalipsis 7:8).

“Yo le dije: Mi señor, tú lo sabes. Entonces me dijo: Estos son los que han venido de una tribulación grande, y lavaron sus vestiduras, y las blanquearon, o purificaron, en la sangre del Cordero” (Apocalipsis 7:14).

“Luego vi unos tronos, y varios personajes que se sentaron en ellos, y se les dio la potestad de juzgar; y vi las almas de los que habían sido degollados por la confesión de Jesús y por la palabra de Dios, y los que no adoraron la bestia, ni a su imagen, ni recibieron su marca en las frentes, ni en las manos, que vivieron y reinaron con Cristo mil años. Los otros muertos no revivirán hasta cumplirse los mil años. Esta es la resurrección primera. Bienaventurados y santos quienes tienen parte en la primera resurrección ; sobre éstos la segunda muerte, que es la eterna de los réprobos, no tendrá poderío, antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo , y reinarán con él mil años” (Apocalipsis 20:4-6).

“Estos son los que no se mancillaron con mujeres, porque son vírgenes. Estos siguen al Cordero doquiera que vaya. Estos fueron rescatados de entre los hombres como primicias escogidas para Dios y para el Cordero” (Apocalipsis 14:4).

“Pues los que obran mal, serán exterminados; mas los que esperan en Yavé, ésos heredarán la tierra. Ten un poco de paciencia, y verás que ya no existe el pecador; y buscarás el lugar en que estaba, y no le hallarás. Pero los mansos heredarán la tierra, y gozarán de muchísima paz o prosperidad” (Salmos 37:9-11).

Satanás será lanzado al lago de fuego

“Mas al cabo de los mil años será suelto Satanás de su prisión; y saldrá y engañará a las naciones que hay sobre los cuatro ángulos del mundo, a Gog y a Magog, y los juntará para dar batalla, cuyo número es como la arena del mar. Y se extendieron sobre toda la tierra, y cercaron los reales, o campamentos, de los santos, y la ciudad amada. Mas Dios llovió fuego del cielo, que los consumió” (Apocalipsis 20:7-9).

“Y el diablo, que los traía engañados, fue precipitado en el estanque de fuego y azufre, donde también la bestia y el falso profeta serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 20:9-10).

Nuevo Cielo y Nueva Tierra No Hay Más Muerte

“Porque he aquí que yo voy a crear nuevos cielos y nueva tierra y de las cosas o tribulaciones primeras no se hará más memoria, ni recuerdo alguno” (Isaías 65:17).

“Sino que os alegraréis, y regocijaréis eternamente en aquellas cosas que voy a crear; pues he aquí que yo formaré a Jerusalén , ciudad de júbilo, y a su pueblo, pueblo de alegría. Y colocaré yo mis delicias en Jerusalén , y hallaré mi gozo en mi pueblo; nunca jamás se oirá en él la voz de llanto, ni de lamento” (Isaías 65:18-19).

“Y edificarán casas, y las habitarán y plantarán viñas, y comerán de su fruto. No acontecerá que ellos edifiquen, y sea otro el que habite; ni plantarán para que otro sea el que coma; pues los días de mi pueblo serán duraderos como los días del árbol de la vida, y permanecerán largo tiempo las obras de sus manos” (Isaías 65:21-22).

“Y vi un cielo nuevo y tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron; y ya no había mar. Ahora, pues, yo, Juan, vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén , descender del cielo por la mano de Dios, compuesta, como una novia engalanada para su esposo. Y oí una voz grande que venía del trono, y decía: Ved aquí el Tabernáculo de Dios entre los hombres, y el Señor morará con ellos. Y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios habitando en medio de ellos será su Dios. Y Dios enjugará de sus ojos todas las lágrimas; y no habrá ya muerte, ni llanto, ni alarido, ni habrá más dolor, porque las cosas de antes son pasadas. Y dijo el que estaba sentado en el solio: He aquí que renuevo todas las cosas. Y me dijo a mí: Escribe, porque todas estas palabras son dignísimas de fe y verdaderas” (Apocalipsis 21:1-5).

“El que venciere poseerá todas estas cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo” (Apocalipsis 21:7).